Palaciego

Siempre existen momentos en que las palabras
yacen extintas en el pensamiento,
a la espera de que una corriente fluya
recreándolas de nuevo,
desde el palaciego de la mente.

Existen momentos en que creemos en el azar,
la suerte y la buenaventura,
sin advertirnos en la tesitura
de que por un instante
la vida nos somete a su bravura:
por perder la cordura en un tiempo insinuante
donde creímos ser los dueños del horizonte en juego.

Por el porqué, hay disputas que no tienen precio...
qué méjor trofeo que la vida que brindemos.
Vagamos siendo los mismos pero reconociéndonos
en las sendas que desdibujan lo cierto
por distraerlo complejo,
en el fondo de un pozo sin remedio.

Mgig

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La Palabra

↭↭La Palabra↭↭

La vida no tiene ensayos.
Cada día es diferente al anterior,
la muerte nos presta sus suelas desgastadas
tierna y amable nos salva de la vida
y nos devuelve prestando atención:
a los días que malgastan
las vidas de otros,
días sin treguas, ni honor.

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El rencor consume hambre
y el hombre territorio sin valor.
La esencia se derrama en los caminos
inspirados en el egocentrismo,
que denotan a la hermandad
como secuela de fe rota,
cuando La Palabra más valiosa
se desprestigia a cambio
del poder que la compra...

Mgig

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Siembra de Paz

He conseguido amortiguar mi voz en la contemplación,

y aunque mis ojos le griten a mi alma,

ella siempre le siembra la paz que mi corazón le causa.

Mgig

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Simetría

Búsqueme al conceder en cada verso
signo de atrevimiento e inmensidad
tome al entrelazar mentalidad
si atestigua y diserta si converso.

Búsqueme en la palabra estremecida
desnúdese al arrojo necesario
no escatime, valore, es emisario
de lo fundamental; vaya y decida.

Entre sin preguntar, ¿por qué esperar?
si nuestras pretensiones por el aire
van siempre tan simétricas que ahorman...

Un ajuar de vocablos por pensar
ese querer decir, vuestro donaire
me preste voluntad, si nos conforman.

Mgig

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Amor Tenaz (variación del soneto clásico)

La batalla acabó dura y siniestra

el furor destapó fiera venganza,

el silencio rozó nuestra templanza

su lengua obedeció fiel y maestra.

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Rojos labios son, rojos carmesí,

su venda blanca yace, ojos que retan

a sabiendas, su amor tenaz respetan,

sus labios me sugieren: di que sí.

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Rodear con abrazos el futuro

pertinaz sensación abre mi mente

transcribir convicción tan trascendente.

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El silencio mostró siempre seguro

al amor otorgado y bien nutrido,

al amor más triunfante que he sentido.

Mgig

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Rapsoda (variación del soneto clásico)

Irrumpió circundante a su valía
cayó al precipicio del mal obrar
fue por su vanidad, ego y no amar
sensaciones indómitas cedía.

El reflejo de luz a su locura
atendió el suspirar al dar respuestas
se encontró con sus ojos en protestas,
señuelo desgajado al que procura.

A los perfectos rasgos de mi vida
como rapsoda marcas tu voz y horas
con tus dulces palabras de amor moras.

Enamorada noche que fornida
atraes este amor tan libremente
de nuestros cuerpos: ¡pira tan valiente!

Mgig

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Cortejo Andaluz (serventesio)

De bien enamorado vas a ciegas
se mi amigo, mi amado con nobleza,
susurras a mi mente cuando juegas
ven a mí con sincera y fiel destreza.

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Destapas tu ternura ante mis ojos
enredando tus huellas en mis días,
besos que se derraman sin enojos
queda atrás la disputa que sufrías.

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Bien que admiras, pues prende con agrado
séquito son tus ojos, bien que atraen
a esta mi piel, su roce intencionado,
caricias contenidas, me maltraen.

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Resurgir su suplicio es de inmediato
tanto amor que recorre por instantes,
intenso es el deseo al cual recato
desatar su recreo mejor antes.

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Quién puede sostener bravo y salvaje
como animal su lucha más ferviente,
recorrer por su química: abordaje
al amor en su ruego aún consciente.

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En mi reja se esperan tus llegadas
tardes de primaveras impacientes,
por el rubor, mejillas sonrojadas
como eran los antiguos convincentes.

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Amores que no pasan con las modas
tradiciones gentiles a su tiempo,
sin traiciones creyentes a sus odas
ni palabras al viento a su destiempo.

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Noble el hierro forjó de esta: mi reja
carcelero de amor, noches en vela
los barrotes se oxidan: me corteja
este amor que se escapa a su tutela.

Mgig

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Señor de guante blanco

Señor de guante blanco, el proceder

de mi idealización, pues triunfante

corazón, ilusión, tiempo restante

casualidad se resta al pretender.

Las condiciones siempre predispone

no hay valor que se preste a sinrazón,

venga apuesto, adelante devoción

sucumba por instantes, posicione.

Y es que ya no sé cómo ni decírselo

el mundo se apagó a mi alrededor.

¿Qué más quiere pedir? Piénselo bien.

Tome la dignidad y deducírselo

será cosa tan fácil cual factor:

donde mi amor apruebe bien por bien.

Mgig

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