Sí. El amor existe. Sólo hay que dejarlo entrar. Permitir que te invada; unas veces será sufrido, otras de él se gozará, pero siempre será la fuerza vital.
Mgig
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El declive del proceso fraccionario hasta llegar a la secuencia enigmática e imaginativa del estadio del sueño: Introducción, nudo y desenlace. Anudamiento sostenido, arte por convencer; extracción argumental transitoria en los ápices del tiempo en la memoria en el primer pestañeo de luz. (Autoría de fotografias, dibujos y escritos por Mgig María Inmaculada García Gómez)
Sí. El amor existe. Sólo hay que dejarlo entrar. Permitir que te invada; unas veces será sufrido, otras de él se gozará, pero siempre será la fuerza vital.
Mgig
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Y ahora... ¿Qué hago? Pienso yo, con todo este amor que me dejaste: que ahí está regocijándose ante mí, intacto; recreándose una y otra vez en la ilusión que suscita mi ser. Aparto mi mirada, pero se vuelve a encender. Tiene vida propia. Hecho en tus manos. Alimentado en tu mirar, forjado en tu voz y mullido en tus besos; el amor travieso siempre te atrapa en su propio recreo, aun creyendo que es sólo un juego y que de él se sale ileso.
Sólo los besos físicos cuentan, las caricias extremas, y el susurro íntimo, el resto no vale la pena, residuo de la pura invención del necio. Cuanto más tergiverses, más me alejas... más alejas mi regreso.
Porque la guerra nunca es una opción, se han de cuidar los caminos que nos precipiten en ella; desdoblándolos en sendas venideras, que persuadan al hombre de no volver a incendiar la vereda que prenda la mecha que nos lleve hasta ella.
Mgig
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Estoy aquí por el deseo de andar domesticando pensamientos en los mundos de los sueños, entre las murallas del consuelo y la mirada de lo incierto, donde el que nada en las aguas, vuela en las tonalidades del cielo, subrayando con su vista cada palmo de invierno.
Mgig
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Aforar el pensamiento, discernir entre lo aglutinado, gimnasia mental. El tiempo pasa entre las horas ya gastadas, descuento en el minutero...